¡Liberad, al KRAKEN! [Itzuma y Libre]

Pareciera que la vida danzaba frente a él, invitándolo a sentir el alegría dentro de su corazón. Pero la vida no sabía que él era feliz, tanto que en verdad podía llorar al mismo instante que su sonrisa se mostraba sobre su rostro. Hacía ya tanto tiempo que no lloraba, que una lagrima suya no recorría su rostro llenándolo de daño y desahogo. Pero, tal vez su risa era su propio llanto.

Hehehe -Reía un poco, apenas audible con el ruido externo a sí mismo. Eran cosas que a veces rondaban su mente, pero pronto se esfumaban, como un simple suspiro de algún viejo espectro de su pasado. Solo eso y nada más, palabras muertas sin sentido en su propia existencia actual. De su bolsillo saco un cigarrillo el cual coloco de inmediato en su boca. El humo apagaba en ocasiones sus pensamientos, en ocasiones ardían con más fuerza. Saco un encendedor y tras un par de intentos, aquel humo comenzó a invadir los pulmones del informante. Su cerebro se apago, por instantes solamente. No sabía más que el por qué y el cómo llego a aquel lugar. Solo eso bastaba.

El coliseo, había sido una extraña elección para hacer trato alguno pero, eso no le molestaba. De ser necesario, aquel lugar fungiría como el cementerio de un guerrero mas; o marica, si aquel sujeto no era más que un cobarde. La verdad le importaba un carajo aquello. Solo se paseaba por ahí, sintiendo la brisa que se colaba por los huecos de aquella monumental construcción. El único lugar donde un pulgar significaba un todo.

El coliseo romano, la maxima arena del mundo antiguo y una de las mas imponente de nuestro mundo ahora se encontraba vacia, casi muerta de no ser por los turistas y curiosos que entraban a su recinto, ahi se encontraba un joven de cabellos azabaches, viendo a sus alrededores mientras estaba escuchando musica por medio de sus audifonos. Sinfonia numero 40 de Mozart-Susurro debilmente cuando cambio el ritmo, causando que se levantara y empezara a caminar. Mientras lo hacia y veia por donde podia, encontro lo unico que no encajaria, alguien tranquilo y despreocupado que no se estaba tomando fotos como idiota haciendo las poses mas estupidas..casi tanto como la ves que paso por Pisa y vio el espectaculo de la ridiculez humana en todo su esplendor.

Sin importarle ocultar su apariencia o no de aquel joven, solo se acerco con una suave sonrisa en los labios, caminando hasta quedar de espaldas a el y anunciarse con un leve tosido para que le prestase atencion-Joven...Joker, ¿si no me equivoco...?-Se acerco y se sento a su lado tranquilo-Me llamo Franchesco di Sforza....su reputacion..es..es un misterio, fue el primer tipo que me dijeron que podia traerme lo que necesito y debido a que no soy un usuario de llama como usted y esas otras personas, me veo en la necesidad de solicitar... sus..servicios.-Contesto sin mas, esperando su respuesta

-Si me atrevo a preguntar, cuales son sus honorarios y sus condiciones para realizar el trabajo.-contesto el ilusionista, por primera vez volteando a ver el rostro ajeno, solo para encontrarse con que tenia el reflejo de los lentes obscuros que este portaba

Sus ojos se postraron sobre aquel sujeto parado a su costado. Su voz entrecortada le daba un aire de idiota que, sencillamente, detestaba joker. Relamió sus labios, pareciese que buscaba las palabras para tratar con dicho estorbo.- ¿Algo esconderás? -Pensaba pues, por lo general nadie trataba con él. Nadie cuerdo. Si bien, su mayor logro era ser desconocido ante la multitud; solo poco reconocido entre sus clientes habituales, este tenía la fama de ser "Difícil de tratar". No era muy común que alguien como aquel escuálido se encontrase así nomas con este. Pero, en este trabajo las cosas no siempre son igual, no son tan cliché como se podría pensar.- Mi mi... mi nombre ser comodín -Decía, imitando el mismo acento que su anfitrión. Sujeto su mano firmemente y, acercando su rostro hasta su oreja susurro- Por favor, dime ¡JOKER! - solo para terminar aquella palabra en un grito y una risa. Se alejo unos pasos y, solamente, encendió su cigarrillo.

Tal vez podría pensar aquel sujeto que, el no parecía del todo profesional. Pero así era él, todo un bufón. No le importaba apariencia alguna, deber o compromiso. Para él, todo trato podía romperse, incluso si este conllevaba la muerte de un tercero.- Antes que nada... Dime, para quien trabajo. No quiero tu nombre- Señalo- No quiero tus excusas. ¿Quien te mando? -Grito. Poco le podía importar la gente como él. Si era un mafioso mas, si era un policía, si era quien fuese que fuera para él era un cero a la izquierda. Pero él para quien, era algo que le carcomía las entrañas. El saber a quien vendía su información, podría significar más trabajo, o más problemas. Y digamos que, aquel informante no estaba de humor para lo último.

No reacciono cuando su mano fue tomada, solo se dejo hacer y eso incluía que se acerco a su oreja. Aliso el oido por cualquier cosa que pudiera pasar, mas aun asi nada lo preparo para semejante grito de presentación que no hizo otra cosa en el que dejarle aturdido. -Bastardo..-gruño molesto por haber quedado aturdido respirando para controlarse y no darle un fuerte puñetazo. En lugar , solo junto sus manos y las hizo hacia abajo mientras expulsaba el aire de sus pulmones, escuchando sus preguntas se levanto como si nada.

-No te interesa quien te contrata, solo te preguntare, ¿aceptas?, si es asi entonces te dare la mision y el pago por adelantado y si te niegas, no me hagas perder mi tiempo que alguien mas debe querer las cajas armas que estamos por robar-contesto viendo al cielo y sonrio despues de medio lado, examinando a el informante-El infame joker, el hombre que rie al ver sangre y rie en lugar de llorar, es usted verdaderamente alguien que despierta mi curiosidad...Asi que es sencillo, me ayudas, no te jodo, no me jodas y no te exprimo las bolas hasta que las consideres ovarios-le contesto parandose quedandose en su lugar y metio las manos en sus b olsillos-Entonces...nos vamos o prefieres ir por un trago antes?

Vaya, vaya, vaya -Decía el joker mientras aplaudía eufóricamente. Su sonrisa se retorcía de una manera bizarra. Sus ojos, clavados sobre aquel espécimen inspeccionaban por completo a su anfitrión. Bolas, las tenia. O bien, un severo problema de retaso mental. Fuese cual fuese el caso, tenía que respetar al menos eso- Tienes bolas, tengo que admitirlo. Por lo general, la gente siquiera se digna a mirarme- Sin previo aviso, una navaja salió de su manga terminando en la palma de su mano. Dando un movimiento brusco, este la lanzo en dirección a aquel sujeto, cayendo exactamente frente a aquel chico clavada en la arena.- ES LA UNICA VES QUE ME LLAMAS ASI -Dijo con una voz más grave. Camino en dirección a aquel chico, pasando a un costado de este sin prestarle atención. Coloco sus manos en sus bolsillos despreocupadamente sin siquiera detenerse y dirigiéndose hacia la salida del coliseo. - Prefiero un buen trago. Un buen vodka y uno que otro chiste. Si me haces reír, tomare el trabajo sin protestar. -Sonrió- E incluso, puede que lo haga gratis. Al informante le encantaba jugar con quienes trabajaba. Detestaba la monotomia, la manera tan cliche de actuar de los mafiosos. La sonrisa, los colores, la ironia; esas eran las cosas que admiraba aquel payaso. Admiraba una buena improvisacion. Es por ello que jamas llevaba el mismo traje dos veces.

Sonrio al escucharle y verle irse riendo un poco-Espera, tomo tu oferta y la mejoro con juegos de azar y mujerzuelas-declaro sonriendo y le miro divertido-Conozco un buen lugar, espero no seas muy refinado por que no es un sitio cinco estrellas..pero de que las putas, el alcohol y el juego son buenos..te podría apostar la vida de todos en ese sitio a que te divertirás-Aseguro sonriendo y tomo la navaja y la guardo en su bolsillo, camino igualmente hacia la salida y le dirigió una mirada, haciendo una señal y llamando a un taxi, -Vamos- sonrió divertido cuando estuvo frente al auto, al cual abordo en el asiento delantero esperando a que su acompañante subiera-A la Sapienza, el área de Letra y Filosofía-dijo al taxista quien no tardo nada en arrancar rumbo a la universidad, tan solo en 5 minutos ya habían llegado a su destino.

Cuando llegaron a la universidad el ilusionista bajo a gran velocidad hasta un edificio en las cercanía  ala facultad de ciencias, al abrir el salón este en si estaba mas que vació, solo escritorio y sillas del alumnado ausente. Pero al acercarse hasta el lugar que ostentaba el maestro levanto un pequeño pestillo abriendo una pequeña puerta a la cual entro, a gran velocidad, y caminando unos cuantos metros mas, debajo de la tierra había una enorme catacumbas, la música no era tan estridente como se esperaba debido al eco,  que esta ocasionaba, pero aun asi se podia estar, habia jovenes tocando arriba de la tarima, chicas bailando en los tubos algunas bastantes agraciadas, otras no tanto, pero habia de todo y para todos los gustos. La barra que se veia era enorme, grandes barriles de cerveza. botellas de licores de todos los colores y vinos hasta el artazgo y claro que no podia faltar una mesa de juegos de azar, ruleta, 21, cubiletes, y demas juegos que podian tener, siendo todos atendidos por jovencitas en poca ropa, algunas con el tipico traje de conejitas y otras mas con solo unos chupones en los pezones, todo lleno de risas y mucho manoseo para los que atendian.

-Es epoca de inscripciones y muchos tienen necesidades y los terminan trayendo a trabajar aqui-fue lo unico que dijo con una tranquila sonrisa, caminando hacia la barra pidiendo un shot de tequila añejo, sonriendo divertido y se lo tomo haciendo un carraspeo en la garganta, pues de hecho no estaba acostumbrado a eso-Aqui puedes hacer lo que quieras y no pasa nada.. mira esto-Tomo una botella de cerveza vacia y se la lanzo a uno de los que estaba cantando rompiendosela en la cabeza para solo verlo maldecir de dolor y sangrar algo-Ta da~

Qué más da, se repetía una y otra vez en su cabeza sin detener el paso en la dirección acordada. Aquel sujeto le enviaba a una trampa, o le enviaba a una maldita jerga. Eso, para él era lo mismo. Si bien o mal, la diversión no faltaría a donde fuese que fuera el informante. Sin importar el momento o la situación, el haría hasta lo imposible para salir con las manos sobre el gran premio. Tan pronto salieron del coliseo, un vehículo les esperaba ya en las afueras. El chofer era evidentemente el claro cliché de todo conductor. Gordo, calvo, viejo y feo. Solo hacía falta una enfermedad venérea para culminar con dicha mofa (Aun que, en verdad sospechaba que la tuviese) hacia su persona. El aroma dentro de aquel vehículo era algo sin presentes. Una mescla de bosque, acompañado de un sutil y dócil toque de mierda sazonando todo aquel menjurge que llamaba asientos; no era de esperar la presencia de uno que otro borracho o prostituta en la unidad la noche anterior, y la anterior a ella. El olor era tal que, incluso en su aplaudible esfuerzo por resistirse, una mueca de asco se mostro en el rostro de Joker. Sus ojos se tambalearon por escasos segundos que, si bien solo fue eso, pareció un interminable suplicio para él. En cuanto este abrió la ventana, el tibio clima de roma le hacía sentir un grato alivio al sacar la cabeza por la ventanilla. Maldita fuese la hora en que ofreció sus servicios a aquel sujeto. Al menos, la paga era buena, debía de admitirlo.

Para ser sincero, no presto atención al viaje, ni a la trayectoria hacia el burdel. Solo se dedicaba a fumar y fumar cigarrillo tras cigarrillo, en un afán de llenar sus pulmones, si se podía, de ceniza misma y así, al fin deshacerse de aquel fétido aroma que le carcomía las entrañas. Solo al terminar la primer cajetilla, su alivio se vio expresado en aquella sardónica sonrisa suya. Su mirada volvía a ser clara y apaciguada, mientras que su paso se había ahora emparejado con el de su anfitrión. Sujeto firmemente sus armas, apuntando a cada uno de los guardias de la entrada justo antes de que estos se dispusieran a catearlo.- ¡Toquen a su chingada madre! -Susurro mientras pasaba de largo entre aquellos gorilas quienes, pasmados por la escena, abrieron paso a aquel par.
Era en ese instante en que se arrepentía de no haber prestado atención a las indicaciones de su anfitrión- Tengo que admitirlo... Sintió remordimiento de no haber ido a la universidad en estos instantes -Soltando una carcajada, joker se desparramo sobre un asiento cercano a ellos. Sujeto una botella ajena de la mesa de un simple tipejo, y sonriendo, bebió hasta el fondo aquella bebida mientras miraba al chico- Perdóname, tenia sed -Dijo, justo antes de quebrarla en el cráneo de aquel sujeto. Le divertía el caos, pero aun más el dinero.- Dime, ¿De qué va esa misión que tanto propones? -Pregunto, tomando bebida tras bebida de mesas ajenas.

Cantinero!, ...!Pendejo te estoy hablando pinche sordo orejón!-Grito al chico detras de la barra, soltando despues una risa por la señal obcena que recibio de respuesta-!Tu mama bailando con tu abuelita usando tanga de hilo dental!, cuando te dejes de hacer pendejo dame unas botellas de whisky, ron, tequila y algo de buen vodka que el amigo aqui presente parece que viene del desierto..no se ve negro así que no creo que sea africano-Cuando las bebidas estaban ya en la mesa y a la mano de su acompañante, el pelinegro se sento frente a el.

Un viejo que trabajo para verde esta desarrollando cajas armas monstruosas... literalmente a monstruos de la mitologia antigua al servicio del mejor postor, entre ellos estan creando al kraken, liberando al kraken...y no creo que sea necesario decirte la mierda que eso significa si ve la luz, quiero que me ayudes a robar unas cajas armas que me han robado. Y de paso destruir su investigacion para que ese peligroso ser no vea la luz..los otros..bueno-sonrio de medio lado-veriamos primero que nos es util o no.

La realidad radicaba en que hacia unos dias le habia llegado una llamada al azabache desde su hogar, donde le habian informado que habian robado sus dos cajas animales. A lo apegado que era con ellas las deseaba recuperar de todas las formas posibles. Y fue en sus investigaciones donde dio con aquel sujeto y sus planes para crear un kraken.

-Aceptas el trabajo Joker?

Un ser mas allá de la misma creación, un ser que era el fin de una era, un ser que sin duda quería ver. Sus ojos brillaron con cierta llama en su pupila, semejante a la llama de última voluntad. Sin duda, una gran manera de captar su atención. Solo sueños dulces, era lo único que podría surgir de aquella linda aventura. Pero que mas daba si era una broma, una maldita trampa o el culo de su madre. Estaba dentro- Verde -Dijo sujetando su barbilla un par de segundos. Era una gran oportunidad, sacar información de parte de aquel exentico sujeto, poder siquiera poner las manos en algún invento suyo podría traerle millones. - Quiero más que el simple pago. Digamos que, tomare uno que otro papel de su escritorio.
Extendió su mano sonriendo, estaba a punto de firmar el trato con el diablo, pero uno muy payaso. Quito sus lentes de aquel desgarrado rostro mientras se ponía de pie, sujetando aun su mano. Con su mano libre, saco unas cuantas granadas de dentro de su saco. Era momento de sellar con sangre. Sin pensárselo siquiera, lanzo aquellas bombas tras de sí, dejando que la gente cerca de el reaccionara ante aquel acto- Ahora, no debe quedar testigos de nuestro trato, si es que se trata de algo tan serio como lo que me estas contando.

Toma los papeles que quieras, yo lo unico que quiero es que me regresen lo que se me ha robado, de ahi en fuera puedes quedarte hasta con su culo en la pared de tu casa-contesto chascando la lengua, viendo despues lo que estaba lanzando-Tienes..toda la razon-suspiro, estirandose y de un movimiento termino detras de la barra tomando un par de botellas que las puso en el piso para que no terminaran destruidas. Levanto la mirada viendo las explosiones por momentos. Estridentes y ensordecedoras, totalmente, pero al mismo tiempo creaban una danza hermosa en esa combinacion que solo podia crear la sangre qe salia en el miedo, esos gritos que eran acallados con las explosiones. Un tumulto de los mas grandes de jovenes termino en el medio de una granada, y sus expresiones de miedo eran quiza la cosa mas hermosa del mundo, se quedaron mirandose, tenian 10 segundos y ninguno salia de esa cara de idiotas sin remedio. Corrieron lejos, se acercaron no supieron que hacer hasta que una señorita cayo sobre el artefacto, que no termino en otra cosa mas que detonar.

Las viceras volaron por do quier, la sangre ahora pintaba la pared, era arte mismo, belleza que surgia. Itzuma se acercaba a algunos lugares donde quedaban los restos de algunos, aplastandolos, riendose con fuerza, sacando la alegria de todo su pecho en aquellas grandes carcajadas. Las puertas estaban atiborradas, pues era un pasillo muy pequeño para toda esa gente. Caminando a pasos acompasados, como si bailara un misterioso y macabro vals al son de aquella escena, con los gritos siendo los acordes, los lamentos la base, y la muerte su unico publico, se acerco entre el tumulto, todos deseaban huir, vivir un dia mas. Con la botella que tenia en mano se la puso a un joven para que la tomara y una de sus dagas se la dio a otra señorita. Solo se alejo unos pasos y vio como el caos empezaba. Botellas rompiendose en la cabeza de la gente. La daga ir y venir entre manos inexpertas que acertaban en lugares que no debian. Algunos hiriendose a si mismo. Eso sumado a las granadas no tardaron mas de 5 minutos para que la gran mayoria estuvieran muertos- Creo joven señor joker que debemos irnos.. Pues nos espera un ladron que estara en la ciudad solo por unos dias, escuche que planea moverse a Venecia-Canturreo, caminando a la barra una vez mas, tomando todos los licores que podia , exparciendo el liquido por los cuerpos que quedaban enteros. Una vez hecho eso tomo un cerillo y lo lanzo, viendo como el fuego empezaba a consmir todo. 

Sin decir nada, solo admirando la llama que aumentaba hambrienta de combustible, camino hacia la salida de la institucion, viendo al cielo y pensando-Si fueras un jodido y codicioso ladron, y pretendieras venderle tu trabajo a la mafia o al terrorismo, donde los verias, en un sitio lujoso y seguro como una embajada..o en un barrio de mala muerte?

Las entrañas caían sobre él, manchándole de un perfecto rojo carmesí. Sus ojos, cerrados mientras aquel payaso disfrutaba de la caída de aquel liquido, aquella sangre que se escurría sobre su rostro llenándolo de una inmensa paz. Era extraño que aquello le tranquilizase y no al contrario, causase en si una intensa sed de matanza sin sentido. Tal vez, ello era como el espíritu santo del informante, bañándole de paz y tranquilidad, de fe y esperanza en un mundo más, CAOTICO. La gente se tropezaba una con otra, mientras algunos simplemente hacia uso de lo que estuviese a su disposición para abrirse paso hasta la salida. Aquel par había terminado aquello, había dejado aquel lugar hecho una completa mierda, y eso le hacia sonreír. Si bien, en ocasiones su risa era más que un llanto, aquel día, en realidad era una intensa felicidad que reconfortaba su corazón. Todo va a estar bien, decía una y otra vez para sus adentros. Todo estará bien.

Había días en que solo ello era necesario, solo un par de explosiones y una inmensa lluvia de sangre bañándolo por completo. Pero, otras veces, siquiera ello calmaba el alma de aquel arlequín. Debajo de aquel maquillaje, las cicatrices se mantenían ahí, punzantes, recordándole día con día, reflejo tras reflejo la imagen de aquel engendro que era, aquel esperpento que quedaba de su pasado. Pero, aquello le valía una mierda. Pero, su pasado, le hacía hervir la sangre aun aquellos días. Solo un maldito cerillo y un galón de gasolina. Solo eso hacía falta para hacer arder el mundo entero bajo sus pies y, al final, arder junto con este. Arder y desaparecer entre las cenizas. Al final de todo, renacería cual fénix para volver de nuevo, volver y crear un caos nuevamente. Solo eso era, un ser creado para nivelar el mundo. Ying y yang.

Sus ojos volvía a aparecer a la vista sobre su rostro. Sus manos, en posición de plegaria se esfumaban, solo para ocultarse entre sus bolsillos. Era el momento de partir pues, no quería enfrentarse a nadie, por ahora. Entre sus manos aparecieron un par de cuchillas, dispuestas a causar la muerte a quien se le cruzase enfrente.- Y dime… "Compañero" ¿Cuál es tu verdadero nombre?  -Dijo mientras se acoplaba al paso de aquel sujeto.- Yo también se inventarme nombres ridículos. No me vengas con mierdas complicadas, que no tienes pinta de tener un nombre así de mierda -Sonrió, sujetando una botella de vodka la cual, casi de manera inmediata, virio sobre su boca rebajándola hasta la mitad. Sus labios se mantenían húmedos con aquel licor, causando que un hedor a alcohol escapase de esta cada que el informante hablaba.- Bueno, señor sin nombre. Hábleme sobre ese sujeto. Si se mas sobre el objetivo, podre ayudarle a buscarlo, no soy un puto mago tampoco.

Daimaou, Itzuma Daimaou, ese es mi verdadero nombre, no tengo la pinta de tener un nombre asi de ..no deseado-Se rio uin poco, escuchando la peticion ajena y asintio mostrando una foto aparente del sujeto señalando -Este tipo trabajaba para Verde desde antes que lo convirtieran en un bebe. Es un gran inventor y aprendio todo lo que pudo de su jefe. Ahora esta creando estas..bestias, pero necesita dinero, es alguien cobarde pero inteligente, siempre busca irse con quien le convenga mas y tenga su pellejo a salvo. De esta forma se ha salvado muchas veces de morir.-Le dio la foto a su acompañante, mientras que se detenia en las calles escuchando el murmullo dela gente al caminar.

Ahora que se separo de Verde para buscar algo mas grande por si solo, pues es obvio que va a buscar vender o mostrar lo que tiene a algun postor, yo supongo que los vongola o una mafia de la zona seria lo mejor por que solo ellos tienen tanto dinero.-Sonrio mirando su celular, mientras que se rascaba el menton pensando un poco-Me dicen que va a haber una reunion de miembros de las pandillas de Roma cerca de la Fontana Di Trevvi, quiza ese seria el mejor lugar para empezar nuestra busqueda-declaro el azabache empezando a caminar hacia la fontana, volteando el rostro antes de quedar muy lejos-Vamos Joker, en ese lugar hay mucha gente que le podras clavar las granadas que tu quieras.

Empezo a caminar con una sonrisa tranquila, mientras que de vez en cuando le hechaba una mirada a su acompañante, persona que le llenaba de curiosidad totalmente, pero no queria ser descortes, tenia que guardar su distancia y algo de respeto. Al llegar a la fontanna habia mucha gente, turistas sobre todo. Y entre ellos algunos jovenes que usaban solo camisetas, otros que estaban tatuados o daban un aspecto de mala muerte. Fueron los que le azabache sigio sin dudarlo, entrando tras una pueta de metal viendo un gran recinto totalmente listo. Con grandes luces adornando el centro y un hombre vestido de cirquero que llamaba a la multitud como si fuese a atraer niños a ver la 8° maravilla del mundo.