Double edged {Priv. Itzuma}

No iba a decir que aquel antro fuese mejor que otros, porque en realidad no tenía nada de especial. Los hombres iban a beber y a jugar, y si podían, a conseguir algo de una noche con alguna mujer deslumbrante tras su maquillaje. Pero al menos sabía que allí iba a estar seguro.
Era una zona de influencia de la familia, tenía hombres por el perímetro en caso de que pasase algo, incluso los que regentaban el local eran individuos bastante devotos a la estirpe de los Cavallone. Puede que como negocio como tal no proporcionase muchas ganancias, sin embargo, servía perfectamente como blanqueante de dinero en las apuestas. Al menos no habían problemas financiales desde que logró solventarlos.

Pero el motivo de que esa noche estuviese allí no era por diversión, y cualquier persona que se encontrase como él en aquel garito, lo sabía. El capo Cavallone tenía asuntos más importantes que atender que dedicarse a apuestas por diversión, y todo el mundo estaba expectante sobre con quien iba a encontrarse el jefe.

—Se ha dejado correr el rumor en las calles de la ciudad de que se necesita a alguien para un trabajo sobre información. Si alguien aparece, sabrá perfectamente a que viene.

Eso fue lo que le escuchó decir Romario a uno de sus subordinados en tono bajo y cerca para que pudiese escucharle. Después el mismo subordinado que había recibido la "orden" (era una orden después de todo, encubierta, pero muy clara) salió de la "habitación de atrás" donde se encontraban en ese mismo instante y se dirigió a la entrada del local, simplemente a la espera.

Dino estaba sentado en una de las sillas alrededor de resa mesa circular, con algunos de sus hombres alrededor, pero esperar no era lo que le preocupaba en ese mismo instante. Lo que le hacía pensar era sobre la persona que llegase a presentarse allí, aquella noche y que trato acabarían por tener.

La familia Cavallone necesitaba informantes. Si una familia poderosa como esa necesitaba de ellos y los contrataba sin saber si eran de confianza, solo significaba una cosa. Diversión asegurada. El pelinegro se fue caminando hacia la dirección vistiendo un pantalón negro y una camisa blanca asi como unos tenis negros, dándole un aspecto bastante informal, mas por el hecho del peinado en picos que usaba. Camino por la entrada viendo al único hombre mayor que no encajaba en ese mar de hormonas desenfrenadas y alcohol que volaba por todas pares, solo le faltaba una enorme identificación y seria la obviedad de las obviedades.

Antes de acercarse se agacho, tocando desde la punta de su zapato hasta la punta de su cabeza y no tardo mucho para que sus llamas hicieran efecto y le transformaran en una jovencita de aspecto algo  sobrio, usando una falda gris con un chaleco igual y de cabello castaño que no pasaba de los 25 era la imagen perfecta de una secretaria mas que de una espía. Se acerco al hombre mayor que estaba recibiéndoles y con una sonrisa encantadora le dijo cual era su propósito en aquella instancia y fue sin mas preambulos dirigida hacia la sala donde se encontraba el jefe Cavallone. Viendole en su asiento, sentado, confiado y etc, fue ahi donde una segunda ilusión hizo efecto, Itzuma se quedo cerca de la puerta parado, mas aun asi oculto en sus ilusiones y la chica ahora mas materializada se acercaba y titubeaba con un leve rubor al ver al apuesto joven frente a ella. Sentandose y con conviccion en sus palabras daba un discurso digno de una oradora sobre lo fiel que le seria a la familia y que siempre podrian contar con toda la informacion de su parte.

Verdaderamente itzuma no estaba prestando atencion  a aquello, estaba escuchando musica con un audifono y recorriendo la sala siendo totalmente silencioso. Recorrio cada hombre, cada arma posible y por ultimo llego hasta la parte trasera del sofa donde se encontraba sentado el Cavallone, tomando una daga en su mano como si nada, estaba escuchando cada palabra que pudiera salir, cada movimiento, obviamente no mataria al rubio pero siempre se podria hacer algo estupido que salga bien

La noticia de que había llegado alguien le hizo concentrarse un poco más, pero cuando uno de sus hombres abrio la puerta para dejar pasar a aquella jovencita, Dino no tardó en darse cuenta de que solo era una ilusión.

Él no era ningún ilusionista, pero había sido entrenado por el mejor Hitman de todo el mundo y había pasado largas temporadas aliado con los Varia bajo ataques desde fuera, lo que le había permitido poder observar a Mammon. De esa forma, podía decir fácilmente cuando una persona no era de carne y hueso, por muy buena que se tratase de la imitación. Además, ¿por qué iba a ir una chica tan deslumbrante y prometedora a pedir un simple puesto de informante para una familia mafiosa? Si fuera una humana de verdad, no la creería tan tonta.

Pero contra todo pronóstico, el rubio no dijo nada y solo sonrió, caballeroso, a la dama. ¿Alguien intentaba jugarsela o solo hacerse el gracioso? Porque si lo que quería era jugar, le había dado una idea que no le iba a gustar nada. También probaría que tan confiable sería el ilusionista que había ido a visitarle.

Durante la conversación, notó una presencia muy cerca, mirándole intensamente. Sus hombres no podía cerciorarse de las ilusiones que provocaba aquella llama especial, pero él no era el capo Cavallone solo por su sangre.

—Lo siento, bella, pero... no te voy a dar el trabajo. Te lo daría si fueses real. —Solo pronunció esas palabras, con la misma sonrisa con la que la había estado tratando.

Todos en la sala se sorprendieron, mirándose de forma incrédula y al mismo tiempo, Dino deslizó una mano dentro de su chaqueta verde, mientras miraba a uno de sus costados, para poder encontrar al ilusionista que estaba haciendo aquello.

La mirada de la chica al igual que la de todos en la sala se habia vuelto igual de sorprendida y lentamente la luz se apagaba de sus ojos, mientras se acercaba a paso suave y elegante hacia el rubio, acariciando su mejilla y junto sus labios de forma suavemente, desapareciendo de forma rapida en una nube de humo. 

El silencio reino en la sala de forma aparente, pues habian quedado solo ellos, y el area donde dino habia señalado que habia alguien. Pues efectivamente no tardo en verse una enorme sonrisa que flotaba en el aire y que se movia lentamente y tarareando una cancioncita rumbo al sofa. A medida que se acercaba al mueble el cuerpo del joven se materializaba mas y mas hasta quedar a la vista de todos mientras que expulso una bocanada de aire, que mas bien parecia haber exhalado llama niebla a traves de sus labios.-Vaya... ni siquiera una de mis mejores ilusiones pudo contra el famoso caballo salvaje-canturreo, hechando una mentirilla y cruzo su pierna de forma tranquila viendo a su alrededor.

Controla a tus hombres..tantas armas..arruinan..mi concentración, me da miedo estar rodeado de tantas armas y hombres amenazantes, ¿no nos podrian dejar solos?, muerdo y araño..pero solo en el sexo- dijo suavemente soltando una risa socarrona, pero despues ignoro a todos los que le rodeaban mirando fijamente al rubio-Dime Pony, para que estas buscando informantes y exactamente que me puedes ofrecer, dime que sera algo divertido o minimo deseo una gratificación... personal~-Se relamio los labios esperando la respuesta del rubio frente a el

A Dino no le sorprendió ni lo más mínimo la conducta de la chica, y ni siquiera se inmutó cuando esta se inclinó hasta sus labios y acabó desapareciendo en una nube de niebla que terminó por dispersarse, sin dejar ningún rastro.

Cuando desvió su mirada hacia donde creía estar el ilusionista, esta se dejó ver al estilo propio que tenían tales poderes, así que el rubio solo sonrió para sus adentros, una vez escuchó como se dirigía hacia él, hablándole.

—Creo que podrías esforzarte incluso más. —Porque con esa actitud no pensaba que fuera una de sus "mejores" ilusiones.— Dime, ¿quién es el que nos honra con su presencia esta noche?

Alzó una ceja cuando mencionó a sus subordinados y los miró de forma seria. No pretendía darles ninguna orden, ni pretendía que se fueran. Al menos por el momento. Así que solo deslizó la mirada de Romario hasta Ivan, que también estaba a su lado, y luego se encogió ligeramente de un hombro.

—Incluso los caballos salvajes obedecen a un líder. Así que si estás tan tranquilito como ahora, no tienen por qué hacerte nada. ¿No crees?

La mano del rubio se había deslizado suavemente de dentro de su chaqueta, pero la punta de los dedos todavía seguían rozando el interior. En cualquier caso, tendría la suficiente velocidad por si algo pasaba.

—Así que ¿un ilusionista está interesado en el trabajo? Eso es bastante interesante. Podrías ser muy útil. —A la vez que desastroso si no se andaba con cuidado.— Pero primero quiero ver si vales la pena. Dime ¿Qué sabes sobre la situación de Vongola? —Si sabía todo lo que se sabía por ahora, entonces podría decir que el chico no tendría problemas para saber lo que había que hacer en aquel trabajo.— Solo entonces podremos hablar de pagos, y déjame decirte que soy generoso. En cuanto a eso... sí, podríamos decir que puede serte realmente divertido.

—Creo que tienes un concepto muy equivocado de las cosas... Pero no soy yo quien va a enseñarte algo tan simple como la alianza en beneficio.

Procuró obviar toda la palabrería barata que, al parecer, los ilusionistas tenían en común. No le interesaba que le comiese la cabeza de esa manera, pero cuando mencionó a su "hermano pequeño" la reacción de que le importaba no pudo ocultarla. Puede que fuese como un "punto débil" (después de todo, era como parte de su familia. Y la familia para Dino lo era todo. Además pensaba hacer todo eso por él... Y por él podía acabar muy mal parado) pero al mismo tiempo en ello residía su mayor fuerza por su afán de protección. No le pareció necesario contestarle a una provocación tan burda.

Hizo lo que le dijo y sacó su mano de la chaqueta, alzándola para que viese que no había nada. Enzo seguía en uno de sus hombros así que eso le bastaba si algo pasaba.

—No estoy muy seguro de que seas tan... "inofensivo" pero tampoco creo que seas tan descerebrado.

Lo que le tomó por sorpresa fue esa disposición a hacer un trabajo tan peligroso. Quizá el chico se lo tomase como un juego o reto personal, para ver hasta donde podía llegar, pero si se pensaba que iba a ser fácil, entonces no sabía si era bueno para el trabajo. Sin embargo, esa clase de juegos ya se lo conocía, y la información de cualquier tipo podía mover cosas inimaginables. Así que, en ese mismo instante, decidió que él jugaría también.

—En realidad estoy casi seguro que el que está aquí eres tu. Si no, no te estaría hablando en este mismo instante. Años de práctica.

Frunció algo el ceño ante sus condiciones. ¿Todo aquello le parecía divertido? No le hacía falta un agente tan remilgado y con los humos subidos como él, pero también era difícil encontrar a alguien que se atreviese a ello.

—Está bien. Puedo ofrecerte una cantidad razonable de dinero y algo más. Porque querrás algo más en específico ¿Verdad que sí? —Rió un poco.— Pues claro que sí, todos quieren eso. Pero me parece bien. Tu mandarás en las fechas, sin embargo hasta que no haya trabajo hecho y entregado, no habrá pago. Oh, y sobre lo de la traición... Creo que podemos decir lo mismo. —Le sonrió, como si le hubiera acabado de piropear.— ¿Qué tal si trabajamos los dos con confianza en el otro? Te gustará eso de que un capo de mafia te tenga en estima, te lo aseguro.

Se quedó algo pensativo, como si estuviera barajando las posibilidades de pagarle con esto y aquello, aunque a juzgar por su expresión sonriente, quizá tuviese algo más en mente.

—Eres un informante, así que un montón de información de la mano del capo Cavallone debería parecerte una mina de oro ¿no? Y a los ilusionistas os gusta jugar ¿verdad? Enotnces... ¿te gustaría que jugásemos un poco ahora?

Con todo respeto señor Cavallone su información es algo de lo que menos se valora en mi trabajo... pero..existe algo que lo ha hecho un hombre bastante codiciado-Sonrió y saco su teléfono abriendo una aplicación-El joven Futta a abierto una aplicación con rankings..al parecer usted esta entre los 5 mafiosos mas deseados en el bajo mundo, por lo que si bien no son secretos de su persona, los datos estúpidos y algunas fotos en poca ropa suelen ser muy valiosas para vender a las señoritas con hormonas alborotadas, por ejemplo una clienta que tuve hace poco, la señorita Diana Keigo me encargo una foto de usted para ponerla en la diana.. y menciono algo de una cama y un desfribilador-comento intentando hacer memoria acerca de lo que le habian pedido.

A pesar de esa actitud descerebrada del ilusionista, estaba plenamente consciente de que el en ese momento solo era un bufon, una simple mancha que quedaria en la pared si hacia algo demasiado estupido, pero en si a el eso no le importaba, el deseaba ver las reacciones de los que estaban en su alrededor pero sobre todo en el rubio que tenia enfrente, tanto se decia del famoso caballo loco que tenerlo de frente era una increible oportunidad. Sonriendo de forma tranquila, casi infantil cerro los ojos relajado.

-...Pero bueno, eso es lo que por el momento lo hace valioso, esa información la cual es la verdad mera basura, nos asegura que por nada me dan lo que pido y no tengo que pedirle nada verdaderamente importante y ademas podre obtener mas información de las secretarias y algunos hombres y los dos felices y contentos, eso si, no me hago responsables de los acosos a su persona.-Se quedo callado después escuchándolo y le miro sorprendido con un fuerte sonrojo en su rostro-Pero señor Dino! esta bien que el sexo seguro sea algo..pero no creo que sea exacto tener aqui a todos sus guaruras para "asegurarlo"-aunque el sonrojo era fuerte y su mirada apenada, apenas y paso su mano por su rostro fue como si lavara la expresión y esta se volviera una risa burlona por aquel mal chiste que había hecho, hasta que despues su mirada se agudizo y su voz se volvio un poco mas grave, levantandose de su asiento.

Bueno, dejando los chistes de lado, permitidme mi presentacion-Se levanto e hizo una tranquila reverencia-Daimaou Itzuma del Reino del Este, presta sus servicios para esta arriesgada empresa, con propositos personales y el del trabajo. Prometo una total confianza, secretismo y sobre todo una verdadera satisfaccion al cliente, lo unico que no puedo prometer es asesinar a mi objetivo sea cual sea que se me pida-despues de eso se sento de una forma mas decente frente al rubio, sonriendo de medio lado-Ahora...sobre ese juego, ¿que tendra en mente oh gran Decimo Cavallone?...me encantan los juegos...-Declaro apoyandose en el descanza brazos sin quitar sus ojos de los del rubio esperando cualquier accion que este realizase

Lo de que no le interesaba la información sí que le pilló bastante por sorpresa. ¿Desde cuando un informante no codiciaba la información? Se suponía que era su vida ¿o no? De todas formas no iba a entrar en pánico por algo así, algo se le ocurriría. Pero volvió a su cierto grado de asombro cuando le dijo el motivo por el que era codiciado.

Sin duda, en gran parte tenía razón. Era popular en ese sentido... ¿Pero quien se vendería por conseguir fotos de un chico semidesnudo para que chicas le pagasen? Pero la epitome de lo raro fue cuando escuchó ese nombre. Romario carraspeó un poco y el rubio hizo un gesto, debía de decir algo, claro.

—No se que clase de clientes tienes tú, pero es raro que un informante se rebaje a un nivel de... paparazzi.

Sin embargo era un pago. Un pago que esperaba que no fuese en serio del todo. Obviando las palabras rimbombantes del ilusionistas que estaban meramente huecas, le hizo un gesto a Bono para que le trajese lo que le había pedido antes, y que tenía preparado.

—Diría que estoy encantado de conocerte, Itzuma, pero dadas las circunstancias no creo que sea así. Y soy un hombre sincero, después de todo. —Esta vez el fue quien le sonrió algo socarronamente y en la mesa que había delante del rubio, Bono, el subordinado al que le había hecho el gesto, puso una baraja de cartas de poker.— Asesinarlos es algo que alguien a quien conozco no le gustaría nada... Pero en momentos desesperados se requieren medidas desesperadas.

El rubio escucho de nuevo al chico meterse con él, pero no le dio siquiera importancia. Cogió la baraja de cartas inclinandose algo hacia delante y las empezó a mezclar con maestría, haciendo gala de una elegancia innata que siempre le rodeaba, siempre y cuando sus subordinados estuviesen cerca.

—Vamos a jugar al poker. —Declaró sencillamente, con una sonrisita.— Pero si no apostasemos nada, no sería ni la mitad de divertido. ...Así que, te propongo un trato muy sencillo. Para probar que confío en ti y que te daré el trabajo, si ganas, te diré algo crucial sobre nustra familia y la Old Vongola. Con eso, no me interesaría nada traicionarte, ¿no?. Sin embargo, si pierdes... me harás el trabajo gratis.

Estas malentendiendo todo mi trabajo Cavallone, lo que te estoy dando es una facilidad de no tener que poner en riesgo tus secretos mas altos, si no solo fotos estúpidas de tu persona. Hoy en dia muchos capos o gente cercana tiene hijas...e hijos tristemente en algunos casos donde se han corrido toda clase de rumores ridículos, ejemplo el que te dije de Tu enseñándole a tsuna a montar..es uno, otros de Tsuna recorriendo cada cama de sus guardianes..y algunos enemigos... Inclusive, he escuchado de Squalo de Varia haber juntado sus labios con usted, etcetera. Estas... estupideces como les suelo decir créame que son rumores fuertemente codiciados por ser resueltos y bien dicen que los niños escuchan muchas cosas y solo necesitas darles algo para que lo saquen, ¿ahora me entiende?, no es ir de paparazzi es sacarle la información a esos niños e irme, regresar y vendertela por un secreto mas alto. No vas a pescar anchoas..las usas de carnada para atraer peces mas grandes...

Se le quedo viendo, aquella peticion le parecia algo fuerte-Mi trabajo por gratis..Me niego, te puedo ofrecer un descuento del 99% pero jamas el trabajo por nada, ademas..de que me dara el trabajo me lo dara-contesto con una suave sonrisa- Eso no es algo que este en necesidad de comprobarse, pero siempre he adorado los juegos de cartas-Se sento recto y puso un pequeño sobrecito en la mesa sonriendo, tenia el sello de vongola y le sonrio-Mi primera apuesta, espero la mejore-contesto, tomando las cartas que tenia, las observo y levanto la mirada-Ehh..¿si tenemos un 2, 4, 6, 8 y 10, significa que hemos de ganar por tener una tabla del mismo color?-Pregunto con autentico desconocimiento, pero mientras las revisaba mas de cerca en realidad tenia una reina, un diez, un nueve, un dos y un as. Bajo las cartas respirando tranquilo, sabia que siempre tenia una pesima suerte pero tenia una debilidad para las apuestas.

Veamos-cerro sus ojos de forma tranquila-¿Originalmente cual es el pago, de cuanto y exactamente de quien quiere usted la informacion?, quiero saber para ver a quien debo buscar..la vongola esta muerta de forma aparente..es como si no tuvieran que los controlara y solo siguen sus instintos y hacen lo que han estado haciendo, como un zombi, sin pensamiento, solo comiendo y deborando..

Él no se preocupaba por rumores y ciertamente, la información que siempre había tenido en estima venía por los informes oficiales que le enviaban desde la propia Vongola o desde Varia, CEDEF si la cosa era muy grave, en cuanto a operaciones de la ionteligencia se refería, por eso él veía esa clase de cosas más propias de un paparazzi que de un informante. Sin embargo, si averiguaba que la gente codiciaba esas cosas, quizá podía sacar algo de ventaja. Siempre y cuando no atentase contra el derecho a la intimidad de cada quien.

Aunque había algunos que no opinarían lo mismo... Si el espadachín de pelo largo se llegase a enterar de que alguien que no tenía que ver había escuchado rumores como esos, estaba seguro de que no salfría bien parado, en absoluto. Así que, mejor no se enterase.

Carraspeó ligeramente tras haber alzado las cejas y dejó que acabase de hablar.

—Pero eso puede tener un doble filo. ¿Crees que no lo se? Si lo hicieramos como dices, te daría un pago pequeño para que volvieses a por uno más grande, dándome alguna pequeña cosa cambio, a la espera del "pez grande". Y de seguir así, te harías con mucho más de lo que me interesa ¿En que me beneficia a mí eso? Sin embargo de otra forma, se que no me darás una puñalada trapera, mientras trabajes para mí. ¿Por qué? Pues porque sabrías cosas que yo te he dicho, cosas importantes como pago por prestar tus servicios, y si vendes esa información privilegiada como informante de Cavallone a personas que no nos interesan, sabremos que has sido tu. Y creo yo que no es agradable hacer tu trabajo siendo perseguido por una de las familias mas grandes e influyentes. Así me aseguro de que te mantienes fiel a tu palabra y tanto tu, como yo, salimos ganando. Tú con otros pagos que te de y yo teniendo un informante que no se vaya de la lengua. Tan sencillo, como eso.

¿Se pensaba que iba a hacerle caso solo porque usase mucha palabrería y lo hiciese ver sencillo? Aquel era el problema de todo el mundo que decidía confiar en los informantes. Por muchas palabras que te diesen, siempre iban a por lo que más les interesaba. Y la mayoría de veces, era algo que te perjudicaba directamente.

Así que por eso pensó en un juego. Una apuesta, para llamar su atención.

—Venga hombre... ¿Tan seguro estás de que vas a perder? —Pero algo le decía que no iba a acabar así la cosa.— Es una puesta, yo te doy a cambio algo muy jugoso, ¿Por qué tendría que apostar si no me das algo bueno a cambio, si gano? —Suspiró largamente, como si eso le hubiese desanimado mucho. Pero vio ese pequeño sobre sobre la mesa, con el sello de Vongola. Si no fuera un ilusionista, se lo creería, pero...— ¿Y como se que no es falso? Perdona que no me fie de mis ojos cuando se trata de un ilusionista con el que estoy haciendo negocios. —Estaba pidiendo detalles, solo así podría subir a una apuesta que mereciese la pena.— ¿Acaso sabes jugar al póker? Tranquilo, puedo darte una clase rápida. —Murmuró, mientras uno de sus hombres que hacía de croupier le repartía las suyas— La mayor jugada en el poker es la Escalera real de color. Tienen que ser del mismo palo y tener al rey, la reina, al jack, el 10 y el 9. Si tienes eso, ni siquiera tienes que temer por que los demás jugadores puedan superarte. Luego va la Escalera de color, cuanto mas alta sea la carta de la escalera, mas probabilidades tienes de ganar. Luego va el Poker, que son cuatro cartes del mismo valor. El Full cuando tres cartas tienen el mismo valor y las otras dos también entre sí. Color, como su nombre indica. Y luego... la Escalera, Trío, Doble Pareja y Pareja. Y bueno... si no tienes nada de lo anterior, siempre puedes intentar algo con tu Carta mas alta. Quizá el otro jugador no tenga nada tampoco... ¿Lo has pillado?

Hizo bastante caso omiso a lo que dijo que tenia, porque probablemente estaría dándose un farol. Al recoger sus cartas, les dio un vistazo rápido. Le pareció ver un full de tres cincos y dos reinas. Pero luego volvio a dejarlas sobre la mesa, atendiendo a lo que le estaba diciendo nuevamente.

—¿El pago oficial? La cantidad que acordemos de dinero, una parte por adelantado y luego cuando me hagas entrega de la información. Junto a alguna otra información interesante si me ganas y, si te hace ilusión, una foto mía. ¿Y de quienes quiero la información? Eso es bastante simple. Quiero que te acerques a miembros dela New Vongola y saques información de su estructura, como hacen las cosas y si puedes apuntar más alto, información directas de las cabezas que la dirigen. Quiero saber de donde salieron, que tenían que ver con Vongola antes de esto, y si es posible, porque soñar es gratis, que planean exactamente. Aunque... no parece que Vongola te haga mucha gracia. ¿Que te parece el trato, de todas formas?

Los ilusionistas no somos nos despiadados que te apuñalaremos por la espalda-Musito con una debil risa-Nos tienen en un horrible estereotipo racista, de no ser por Xanxus y el Noveno, dirian que todos los cielos son unos inutiles... aunque... el tipo no sabe hacer nada... quiza si es cierto que los cielos son unos inutiles, aunque en medidas diferentes y al jugar por el respetable Nono parece ser algo que se cura con la edad~-se rasco la nuca riendo un poco -Bueno, no te culpo de dudar de la llama -Volvio a hechar un vistaso en sus cartas, no tenia jugada aparente,  por lo que con una pequeña ilusion rapida cambio ese dos por una Sota de espadas, haciendole tener una escalera, pero desvio su atencion de lo que hacia volteando a ver lo del sobre, dejando sus cartas boca abajo y tomo el papel con mucho cuidado.

-La verdad cuando lo recibi yo tambien dudaba mucho de su autenticidad pero la comprobe con esto-Chasqueando los dedos creo una ilusion de si mismo, la cual tomo la carta y apenas tomo el sello para romperlo un destello se avivo y la llama cielo que tenia el sobre aparecio, ardiendo con fuerza para despues desaparecer-3...2...1...-y cuando el ilusionista termino el conteo las manos de la ilusion se petrificaron y se hicieron polvo en el asiento donde estaba itzuma. Este tomo el polvo y lo puso en la mesa, mostrando la fina arenilla  que se habia hecho-Los ilusionistas podemos hacer muchas cosas y usted lo sabe, pero esto no es una ilusion-Le sonrio suavemente y le regreso la carta al rubio.

Relajadamente le dio vuelta a sus cartas mostrando la escalera que tenia en su juego de cartas.-Sobre la apuesta...creo que por el momento esto me pone bien ante las cartas-se estiro un poco soltando una risilla socarrona-Joven dino, podemos pasar lo de la foto por alto, seria raro tener una peculiar foto de usted en mi telefono o mis archivos electronicos...y bueno.. en este momento se me ocurre mas algo que me mate de risa antes de algo que encienda a las jovencitas, asi que la foto si gustas la postergamos en otra ocacion- Siseo entretenido, para despues afilar la mirada y verle apoyando su menton en su mano derecha

Vaya...ya sabia yo que algo relacionado a usted seria divertido-sonrio alegremente y asintio con la cabeza-no espere noticias prontas, conseguirle informacion util me tomara un rato, y me disculpo de antemano si nos vemos envueltos en el fragor de la batalla..pero debo demostrar que mi "lealtad" esta hacia la  nueva Vongola por lo que me unire a la nueva vongola y nos reuniremos en lugares diferentes que usted apruebe pero yo no me presentare con esta apariencia... pues nunca se sabe quien nos esta mirando-Mecio un poco la mirada riendo un poco guardando silencio esperando a que el rubio hiciera su siguiente movimiento.

¿Un esteriotipo racista? ¡Venga ya! Había muy pocos ilusionistas que no fuesen con dobles intenciones, y la única a la que le venía a la mente en esos instantes, era Chrome. De hecho, no podía pensar en ninguna otra persona más, desde luego.

Frunció el ceño cuando mencionó a los usuarios de la llama del cielo de la familia Vongola, más por el Nono que por Xanxus. En realidad, no pensaba que ninguno de los dos fuesen unos inútiles (y desde luego, tampoco lo pensaba de su hermano pequeño) pero sun duda, Itzuma tenía algo de razón en que Xanxus no hacía gran cosa. Tenía un gran poder destructivo, pero en eso no era lo que consistía solo en ser un líder. Aún así, no le gustó nada el comentario porque le guardaba cierto respeto (solo cierto, y de una manera muy determinada) al líder de Varia. En cuanto a él, no comentó nada sobre sí mismo.

No supo muy bien que hizo con sus cartas, pero la atención del rubio la recibió la carta que tenía el otro y que le había enseñado, aparentemente oficial. ¿Por qué un tipo como él iba a tener nada oficial de Vongola? A menos que lo hubiese robado, claro.

—¿Y como lo tienes tú? ¿Te hiciste pasar por alguien para conseguirlo? Debió de ser pan comido. ¿No? —Pero si lograba quedarse con el sobre y lo que fuese que tuviese dentro, eso ya sería algo. Si realmente era veraz. Aunque por el numerito que le había mostrado al petrificarse su doble gracias al atributo de la llama del cielo, pareció convencer a mucho de sus hombres. Por el momento, le daría el beneficio del "puede ser que me sirvas"

Era muy difícil reproducir el atributo de otra llama, así que lo dejó pasar y volvió a sus cartas, con ese semblante serio que tenía al tratarse de asuntos profesionales y realmente serios.

Sí, sin duda, tenía un Full. Quizá fuese que la especialidad de Cavallone en las apuestas de cualquier se hiciesen mella en él, o quizá simplemente había sido un golpe de suerte porque era una mano bastante buena. Aunque aún así podría perder. Sin embargo, no le importaba mucho si ganaba o perdía, de todas formas ya se había adelantado a eso.

—Bueno, si no te interesa para nada la foto pasemos a cosas más importantes. —Obvió lo último que dijo y se quedó fijamente mirando esa escalera.

Era una Escalera de color, lo que le hacía ganarle, automáticamente. Tenía la sensación de que le había engañado de alguna forma, pero él no iba a quedarse atrás.

—Bien, entonces se queda así el trato. Tu te integras en la New Vongola y me haces de agente y yo te pago por ello. Pero... bueno, me has ganado, ¿no? —Suspiró largamente, pareciendo algo afligido, descubriendo su Full, que perdía ante la mano del otro.— Así que voy a tener que contarte un secreto, como había prometido.

El rubio se inclinó un poco hacia delante, apoyando ambos codos al mismo tiempo que su barbilla lo hacía sobre los nudillos de una de sus manos.

—Tenemos un as bajo la manga, cierto asesino. Está muy bien especializado y su tarea va a ser borrar del mapa a los nuevos cabecillas de la New Vongola. Sin embargo, es algo que no se debe saber, ni siquiera puede enterarse Tsuna. Así que... Tómalo como un regalo, o un extra de información. Para que veas que estoy fiándome realmente de ti. Pero como ya te he dicho, es un secreto.

— ¿Así que fue una simple concidencia? O tienes la suerte del siglo o las concidencias no ocurren tan fácilmente... —Pero decidió fiarse, simplemente porque no tenía nada más a lo que cogerse por el momento. Si resultaba no ser real no le serviría de nada, pero tampoco perdería, y si era real, algo de ventaja se llemaba. Los negocios eran así, después de todo. Luego estaba el hecho de que si fuese New Vongola la cosa cobraba valor, y de ser Old Vongola, podría proteger la información.

De cualquier modo esperaría por verlo. No le quedaba otra.

Pero si que se mostró algo bastante más receloso ante las palabras de Itzuma. No pensaba darle a nadie como carnada, mucho menos cebo. Ese no era su estilo y nunca lo sería. Por lo que se mostró mucho más serio e imponente, cambiando de posixión en el asiento donde estaba.

—Parece que conoces muy poco a la familia Cavallone, para pedirme que sacrifique vidas. —Miró hacia otro lado, dándole una señal a uno de sus hombres. Este alzó una maleta con un ribete muy elaborado, dos caballos encabritados estaban grabados en el con un C en medio. Era el símbolo de Cavallone y no había ninguna duda de ello.— Muéstrale el maletín a quien sea que te meta dentro de New Vongola. Sabrá que te he pagado para que estés conmigo con lo que puedes recibir información. Después de todo eres un informante ¿no? se creerán perfectamente que te has ido con los que son "más fuertes". Dentro del maletín tienes tu parte adelantada del dinero. —Y mientras este hablaba, el hombre le entregó dicho objeto a Itzuma. Él recibio esa especie de papel con su móvil, el cual confiaría que fuese real.

Tras no responder a la despedida animada del chico, el rubio chistó por lo bajo y se reclinó en su sillón.

La cosa iba a ser más complicada de lo que se creía, pero no iba a darse por vencido ante eso. Después de todo, era el décimo líder de los Cavallone.