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Casting Byakuran
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Casting Byakuran
Casting Byakuran
Time of shadows are coming. Don´t trust me
Las cosas habían cambiado demasiado en todo aquel tiempo, era difícil de explicar, pero casi se podía decir que se estaba bien de aquella manera.
Todos estaban tranquilos, una vida apacible a pesar de permanecer dentro de la mafia, quien podría haberlo imaginado? Que llegaríamos a este punto, tan lejos. Ya apenas recordaba ese futuro tan incierto en el que había muerto a manos de un simple niñato que ya no tenía ni voz ni voto en aquel mundo en el que algunos seguíamos envueltos. No obstante, aunque casi no lo recordara, las pocas veces que lo hacía servían para hacerme hervir la sangre a pesar de que siempre mostraba una amable sonrisa ante el susodicho del que ahora me consideraba “amigo”. Que palabra más llena de mentiras, una palabra con doble filo.
Amigo.
Alguien que nunca te traicionaría, que te sería leal, que estaría ahí para ti cuando lo necesitaras, aquel que mataría por ti, el que moriría por ti, el que se sacrificaría...eso no existía, era como vivir en un cuento de hadas. Todos aprendían a disimular, no había mas que eso. Cada vez que alguien salía a la calle o mismo sin salir de su propia casa usaba una mascara que dependiendo con quien estuvieran cambiaba. Triste, alegre, enfadado, enamorado, realmente nada de eso era real, era todo una farsa, un gran circo estrafalario donde cada cual jugaba su mejor papel esperando el ensordecedor grito de la audiencia. Yo lo sabía bien....llevaba todo mi vida actuando tras escenarios. En este mundo, en el siguiente, el próximo, siempre encandilando a la gente con diversas agradables mascaras consiguiendo todo aquello que me proponía. No era difícil, solo debías de saber como moverte, que decir en el preciso instante que se precisara. Pero cuidado, un solo descuido y toda la magia se venía abajo. Se empezaban a ver los hierros, los hilos que cubrían el escenario inventado y el cuchillo que se había ido aproximando a la garganta de nuestro objetivo comenzaba a verse a través del maquillaje. Era el momento de salir corriendo, tu lo sabias y ellos también. Habías fracasado.
Sin embargo alguien que había nacido en ese mundo era imposible que fallara en su tarea, un gran circense, el mas perfecto y astuto de los actores que no necesitaba si quiera ocultar la verdad tras una cortina de niebla, aquel que mostraba incluso el truco y hacía que todos después quedaran sorprendidos, el hombre que hacía de lo imposible posible, el demonio de cabellos blancos.
Sonreí tirando la pieza del rey negro del tablero de ajedrez al suelo con un simple movimiento de mi dedo indice. Esta vez mis planes no se torcerían. Millefiore se mantendría como un volcán durmiente hasta que lo ordenara, y si no era nunca así continuaría. Uni-chan no deseaba la guerra así que de momento estaba bien que nos mantuviéramos neutrales a pesar de que mi postura había resultado demasiado sorpresiva para todos, no obstante convincente. Nadie debía de saberlo. La telaraña estaba tejiendo su tela y nadie debía molestarla. La gran red de mentiras se extendía y las moscas iban cayendo en ella, un rico manjar para la viuda negra que los envolvía como una madre hace con su hijo antes de ir a dormir, abrazándolo tan fuerte...cortando su respiración.
Me levanté de la silla y me estiré pisando con ganas al rey negro que yacía en el suelo a la vez que tomaba una bolsa de nubes blancas introduciendo una en mi boca. Amaba aquellos dulces. Miré por el gran ventanal apoyando mi antebrazo sobre uno de los cristales y mi frente sobre este-que hermosa mañana...-susurré inspirando aire profundamente a la vez que mis ojos se cerraban tomando un descanso, pero un ruido me sobresalto a mis espaldas y rápidamente me giré pudiendo ver una pequeña figura en la puerta completamente trajeada de negro.
Esos ojos, ese pelo. Una sonrisa traviesa se dibujo en mi rostro-Tsu-kun-continué con aquella mueca divertida danzando en mis labios-que te trae por aquí?-pregunté cantarinamente a la vez que le ofrecía asiento justo en frente a mi escritorio y tomaba asiento.
Entrelace los dedos de mis manos posando mi mentón sobre el apoyo que hacían estos y clavé mis violáceos ojos sobre los suyos. Me crispaba tanto tenerlo delante de mí, siempre siendo amable, siempre sonriente, siempre feliz...
Sin embargo hoy no lo parecía en absoluto-Byakuran yo...-susurró implorandome con ojos vidriosos-deseo la paz, por favor, para todo esto, deja de matar a inocentes, haz un pacto de paz conmigo, por favor, te lo suplico-habló el pequeño Vongola.
A pesar de que mi rostro permaneció inmutable con una amplia sonrisa en él no pudo tomarme mas de sorpresa. De que se suponía que estaba hablando? Llevaba casi años sin matar a ningún inocente, que se suponía que estaba pasando allí? No obstante no podía resistirme a jugar un poco mas con él. Suspiré y me incorporé de la silla rodeando mi mesa hasta llegar a su lado mientras retomaba la palabra-vaya...pensé que serias mas divertido Tsu-kun, no se, quizás podrías venir mas y de vez en cuando jugar conmigo y no solo venir con malas noticias, es de muy mal gusto la verdad-dije a la vez que formaba un fingido pequeño puchero en mi rostro-pero...-paré justo detrás de él-que te hace pensar que quiero hacer un tratado de paz contigo?-susurré sobre su oído siseando como si de una serpiente venenosa me tratara a la vez que de un rápido movimiento lo agarraba por la garganta empujándolo contra la pared. Me sacudí las manos viendo a Tsuna en el suelo manchado de polvo debido al boquete que se acababa de abrir en la pared del despacho. Corrí hacia él con mi llama activaba sin darle tiempo a reaccionar-como eres capaz de bajar la guardia conmigo Tsu-kun? Y por favor no digas porque somo amigos-reí divertido de nuevo conservando una inocente sonrisa en mi rostro a la vez que volvía a tomarlo del cuello de su camisa elevándolo como un peso muerto-de verdad quieres que acepte ese tratado?-hice como si me lo pensara-yo creo que eso no pasara...-mi semblante se torno completamente serio de golpe lanzandolo al otro lado de la sala.
Tsk, porque no se defendía, realmente me sacaba de mis casillas y aquella era la oportunidad de acabar con él fingiendo que había sufrido un “pequeño” accidente.
Pero el niñato activa su llama y sale disparado hacia a mi hecho una furia. Solo sonrió por unos segundos y le doy una patada en el abdomen haciendo que de nuevo choque contra la pared. Rápidamente cargo mi anillo de llamas de ultima voluntad anulando su ataque y sin quedarme quieto dejando que la adrenalina de una pelea recorra una y otra vez mi cuerpo con fuerza le propino un rodillazo en el rostro haciendo que caiga hacia atrás malherido. Pongo un pie sobre su hombro dañado apretando con fuerza viendo como eso le causa dolor y su sangre comienza a impregnar la alfombra blanca-rindite Tsu-kun, ya has perdido-dije agachándome hasta él introduciendo mis dedos en su herida escuchando sus gritos de dolor impidiendo de esa manera que se levantara. Pero contra todo pronostico consiguió hablar-Byakuran...porque...porque haces esto?-su voz temblaba y eso me gustaba haciendo que volviera a dibujarse una sonrisa en mis labios-eh? Que porque te voy a matar?-mi sonrisa se tornó endemoniada ahora que se acercaba el gran final y debía dejar que cayera el telón-pues veras, estoy demasiado cerca de conseguir todo lo que me propongo como para dejar que tu te vayas ahora y lo estropees todo con tus buenas intenciones y sonrisas-hice una pausa sin apartar mi fría mirada de la suya que parecía derretirse como un mar de lava-de veras creías que lo aceptaría?-pregunté sin poder creer o estúpido que podía llegar a ser el pequeño Vongola. Porque siempre pensaba en que los demás teníamos tanto corazón y buenas intenciones como él? Se equivocaba de persona-pensaba que lo aceptarías-susurró en hilo de voz el pobre infeliz con la mirada baja-pues pensaste mal!-grité sin poder contenerme esta vez sintiendo como el odio se apoderaba de mi-yo no soy como tu! Nadie es como tu! Aceptalo! No todos vivimos en ese mundo de rosas en el que tu vives!-intenté calmarme después de soltar todo aquello que había acumulado en mi interior. Abrí mi caja arma haciendo aparecer una lanceta con un mini-dragón brillando con la llama de última voluntad-bueno Tsu-kun, es hora de despedirse-arqueé los dedos apunto de lanzar el dardo-jamás volverás a ver tu mundo-volví a dibujar una línea en mis labios. En mi mente estaba todo claro, sabia lo que quería y para ello debía de matarlo, una vez acabara con él todo acabaría y matar a sus amiguitos no sería ningún problema. Tomaría su anillo y finalizaría el Trinesette, ya nada podía pararme. Con este pensamiento en mente disparé el mini-dragón con todas mis fuerzas atravesando su corazón-Adiós...-susurré quedándome de pie sin poder apartar mi mirada llena de vida de la de él ahora fría y apagada.
Finalmente todo había llegado a su culmen, al punto de no retorno. Mis planes seguían en marcha y él estaba muerto, ahora solo había que conseguir los anillos de los demás miembros. No sentía pena ni dolor por Tsuna y sus amigos, mi mente solo podía pensar en la exterminación total del mundo, solo en eso. Mire el cuerpo inmóvil del chico por ultima vez y al principio sólo pude sonreír levemente, pero al cabo de unos segundos esa extraña sonrisa se convirtió en una sonora carcajada de satisfacción y maldad, todo me pertenecía.
Mis ojos se abrieron de repente. Que? Todo había sido un sueño. Suspiré pesadamente llevándome la mano a la cabeza. Una pequeña sonrisa igual a la del sueño se dibujo en mi rostro y volví a reírme con fuerza. Quien hubiera pensado que aun guardaba ese ansia de matarlo en mi interior? Realmente había sido divertido, muy divertido.
Reí a carcajada limpia mientras la ficha del rey negro me miraba desde el suelo.
Realmente esperaba ese momento y muchos otros...
...pero eso era se-cre-to~
Invitado- Invitado
Re: Casting Byakuran
{ Casting Aprobado }
¡Felicidades!, puedes proceder a hacer tu ficha <3
Diana Keigo- Admin
- Mensajes : 192
Localización : Velvet Room
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