Un típico encuentro casual nada típico [Priv. Takeshi & Syndra]

Tras que la joven hubiera conocido a la que sería su nueva compañera en la familia y que tendrían que trabajar juntas de algún u otro modo luego de haber sido llamadas ambas por Dino, teniendo aquello en mente, la joven de ojos zafiro planearía una pequeña salida con su nueva “amiga”, o al menos eso intentaría, tras mucho haber insistido y haber evitado el acabar congelada por sus múltiples intentos de convencimiento, por fin su compañera con su siempre expresión de pocos amigos había terminado por acceder, no se puede negar el hecho de que por un momento la joven animosa pensó que aquello sería algo imposible pero como siempre persevera logró el cometido por mera suerte.

Aquel día, ambas jóvenes tendrían una pequeña salida juntas, suele saberse que el mejor método para entablar una conversación mayormente es tomando algo juntos, esa era la razón por la que ahora, sí, cierto, ambas chicas podían haber tomado algo juntas en la base de su familia, pero eso implicaba que tuviesen el mismo ambiente que tendrían prácticamente siempre, sin mencionar que al menos por parte de la rubia ojos azules, instintivamente al estar en relatividad cercanía estaría más pendiente de Dino que de su acompañante, por aquello mismo era mejor que tomasen algo fuera de la base.

-Mira, ese lugar tiene muy buena pinta, tomemos algo ahí.- Diría con su siempre alegría y cierto entusiasmo la chica mirando a su acompañante con una sonrisa en rostro encaminándola hacía a aquel lugar, habían llegado caminando como cualquier persona, no hace falta resaltar que para todo aquel que miraba la escena era casi como ver a la típica amiga alegre intentando hacer feliz a la típica amiga amargada, aunque Aldrina no lo veía así, para ella era nada más una típica escena donde una intenta ser amiga de otra chica.

-Parece un lugar muy agradable, ven, vamos a tomar asiento.- Aún con aquella alegría y sonrisa en su rostro miraría y se abriría paso en el lugar mirando todo de modo rápido a detalle buscando también un lugar donde tomar asiento, en las mesas de casi al fondo pero junto a una ventana era uno de los pocos lugares vacíos que quedaban. El lugar compartía un ambiente alegre y divertido pero que al mismo tiempo se combinada con algo relajado armónico, era un buen lugar si a decir verdad o al menos para Aldrina si lo era.

La joven daría un vistazo por el ventanal y luego regresaría rápido su vista a su compañera y seguidamente a la mesera que llegaría para entregar un par de menús donde realmente solo venían la variedad de distintas bebidas, varios postres y alguno que otro platillo para comer. -Para mí una rebanada de pastel de fresa y un refresco por favor.- Pediría sonriente a la joven mesera nuestra rubia divertida y la mesera tras apuntar se dirigiría a la chica de cabellos blancos. -¿Usted que va a ordenar?- añadiría la chica para luego de tomar la orden alejarse e ir por el pedido.

Estaba oficialmente de mal humor, y cualquiera que se atreviese a molestarla sería peligrosamente expuesto a ser asesinado fríamente por su ira, su hielo y sus garras envenenadas. Ante ello solo se podía excusar con un "bajé la guardia", pero ni aún así se perdonaría esa aberración de estar paseando como una quinceañera en busca de dulces, diversión y chicos; maldecía completamente el momento en el que había aceptado esa liviana invitación a pasear con la única intención de: nuestro jefe quiere que seamos amigas, pongámonos en ello. ¿Cuando había sido la última vez que había cedido ante los caprichos de alguien?, la respuesta clara era nunca, pero siempre había una primera vez para todo y esa era claramente esa desgraciada oportunidad. Rebanaría a cualquier clase de interpuesto que tan solo osara tocarle esa fibra altamente sensible y llena de odio. Sería el hielo que congelara su bebida de aquella tarde.

— Solo un helado de piña. Una copa triple y tráelo rápido.

Amenazó con sus ojos violetas en un tono agrio y susurrante, apenas audible para el resto de las personas. La mujer entendía claramente que aquella mujer de presencia abrumadora no se iba a ir con bromas y probablemente la haría desaparecer de la faz de la tierra solo en un abrir con cerrar de ojos. Apresuró sus pasos hacía el interior del local, sintiendo sobre su cabeza la mirada de la soberana de cabello blanco amenazándola fríamente y en silencio. Syndra por su parte se dedicaba a la observación del descuidado paisaje que se le presentaba, una familia comiendo a lo lejos mientras los niños reían seguramente por un chiste mal contado por el padre. Que detestable, sucio y cruel. Como odiaba ese tipo de multitudes. Se volteó lentamente hacía la mujer rubia frente a si, sin dejar ese tinte de desprecio en su mirar.

— No tengo intensiones de seguir rodeándome de inútiles por más de dos horas, acabamos esto y nos vamos

Adjuntó al mirarse las uñas de los dedos, apreciando la capa de esmalte negro en ellas en las que no estaban sus anillos garras. Esperó y esperó, al cabo de cinco minutos llegó la temblorosa encargada de su pedido, dejó la alimentación en la mesa y desapareció tan rápido como pudo por la puerta de servicio. El helado de la mujer de cabello blanco se veía bien adornado con hojas de menta y un roseado de chocolate por encima, Syndra lo aprobó levemente con su cabeza antes de llevarse una cucharada a los labios.

Sabor normal. Pobre, comparado con su presentación. Lo pasaría por esta vez, el calor del ambiente la ponía de mal humor.

CRASSSSHHH!!!

Sonó un ventanal al momento que un tipo lo atravesaba al ser lanzado por mí despues de intentar haberme molestado por mi cabello blanco y las marcas en mi rostro, si... era una molestia que se refirieran a mi con otros nombres además de los que yo aceptaba... el sujeto parecía estar ebrio o algo así... pero igual no aguantaría aquel comportamiento de nadie ni tendría compasión...

Tsk... imbécil...

Entré a aquél local y noté que aquel sujeto había aterrizado en la mesa de dos mujeres, y mas precisamente sobre sus pedidos, bueno... no ví donde lancé al sujeto asi que no fue a propósito... entré al local y saqué al sujeto de aquella mesa tirandolo por el mismo ventanal.

Lo siento por sus pedidos... pueden pedirlos denuevo, yo pagaré...

Ya había causado un problema, y todo por mi inestable temperamento, sí...casi siempre estaba de malas y el caminar por la ciudad para ser molestado por aquel sujeto fue una mala combinación, por lo demás el sujeto ya había perdido la conciencia así que solo lo deje tirado, no había señales de que pudiese morir, asi que no tenía porque intervenir... Por otro lado observé a las damas que tenía a mi lado, normalmente ignoraba a toda la gente que me rodeaba, pero... estas chicas tenían algo que me intrigaba... no eran chicas normales, sobretodo me ponía algo intranquilo la chica de cabellos blancos al igual que los míos... ya sentía aquella presencia hostil sobre mí... como si quisiera atacarme en cualquier momento.

La otra chica parecía agradable, alguien con quien tratar en un malentendido como este, pero estaba de mas decir que saldría algo malo de todo esto...así que mantuve mi Fiamma a punto de salir en caso de que alguna de estas dos chicas decidiera atacarme... mal momento para causar problemas, y mas con gente como esta...